William Ospina
“Si quiere conocer el Caribe, vaya a Cuba o República Dominicana; si quiere conocer el océano pacifico, vaya a chile; si quiere conocer la selva amazónica, vaya a Brasil; si quiere conocer las culturas precolombinas, vaya a México o a Perú, pero si quiere ver todas estas cosas reunidas vaya a Colombia”.
Pero la diversidad de Colombia no se agota en esa enumeración; es el país más mestizo del continente, donde ninguno de los elementos raciales, el blanco europeo, el indio americano, y el negro africano es predomínate. También es diverso políticamente hablando, compuesta por dos partidos políticos, el Conservador y el Liberal , los cuales han gobernado el país durante casi dos siglos, aunque también hay que decir que lo han manchado de sangre; a lo largo del siglo xx se dan dos confrontaciones feroces: la guerra de los Mil Días, cuya pero consecuencia fue la perdida de Panamá a manos de los norteamericanos, quienes aprovecharon la debilidad y el desorden institucional en que había quedado el país; y la guerra de los años cincuenta, desencadenada a partir del asesinato del líder popular Jorge Eliecer Gaitán.
Estos conflictos fueron desencadenando problemas que a largo plazo fueron reflejando serias complicaciones, como la transformación de viejas guerrillas agrarias quienes recurrieron al secuestro, la extorción, la guerra de emboscadas. Lo criminal de sus métodos no impide reconocer que en esas guerrillas militan muchos campesinos a los que el estado no les brindo otra oportunidad, pues la miseria que ciñe a los capitales Colombianos demuestra suficientemente que grandes sectores de la sociedad no tienen motivos para defender el sistema político y económico que impera en la país. Los conflictos sociales de Colombia son enormes y podría decirse que en las últimas décadas no se ha visto una guerra sino una sucesión de conflictos.
En los años sesenta, irrumpieron las guerrillas Comunistas cuyo principal símbolo fue el cura guerrillero Camilo Torres, un sicólogo idealista a quien la impaciencia arrojo en brazos de la guerrilla castrista del ELN. Desde antes existían y no dejaron de crecer, las fuerzas armadas revolucionarias de Colombia las FARC, guerrillas campesinas que son hoy el principal poder insurgente; otras guerrillas como el M-19,compuesta por jóvenes de las clases medias y que posteriormente firmo la paz con el gobierno en 1991.
Fue a partir de los años setenta cuando entro en escena el poder que más ha afectado la vida Colombiana en las últimas décadas y que es la principal causa, por lo menos el principal estimulo de la violencia creciente en la sociedad Colombiana; el narcotráfico.
Pero la realidad Colombiana era especialmente propicia para la aparición del cultivo y para el tráfico de droga.
El destino de los países latinoamericanos desde la conquista de América, de solo poder producir aquello que las metrópolis estaban dispuestas a consumir. Esto no solo impulso la explotación del oro y de la plata durante los siglos de la colonia, lo mismo que la explotación de perlas y de esmeraldas, sino la gradual especialización de nuestros países en los monocultivos que tuvieron demanda en los mercados poderosos, así nacieron las repúblicas azucareras, ganaderas, bananeras, y las cafeteras, y nunca estos países tuvieron la oportunidad de decidir por sí mismo que necesitaban producir, consultando sus necesidades internas.
Oro, perlas, esmeraldas, café y flores: no son malos símbolos de un país exuberante; de un país de selvas lluviosas y bosques de niebla; de un país donde crece una gran diversidad de plantas; de un país que tiene la mayor variedad de aves en el mundo, la mayor variedad de anfibios, el cuarto en el mundo por su variedad de reptiles y el sexto por su variedad de mamíferos.
Colombia ha sido agravado por su régimen político donde el estado ha sido SIEMPRE muy inferior a sus deberes, de modo que para cumplir la ley nunca ha tenido para los colombianos la lógica contra prestación de una administración eficiente y de un estado que proteja de verdad la vida y los bienes de los ciudadanos.
Pese a todo esto, el verdadero mal de Colombia es la falta de una ciudadanía vigorosa; capaz de formar un estado responsable, fuerte en términos de justicia y eficiencia en la administración. Desde el descubrimiento de América, Colombia ha sido una sociedad incapaz de trazarse un destino propio. Ha provocado imitar otras culturas y la única cultura en que se ha negado radicalmente a reconocer es la suya propia, es la de sus indígenas, de sus criollos, de sus negros, de sus mulatájes y mestizajes crecientes.
¿Cómo se sostiene una sociedad en la que todos saben que prácticamente nada funciona? Desde los teléfonos públicos que no sirven para ser usados y los funcionarios públicos que no sirven para atender a las personas, las fuerzas armadas que no sirven para defender la vida de los ciudadanos, los jueces que no sirven para juzgar y los gobiernos que no sirven para gobernar y las leyes que no sirven para ser obedecidas . ¿Donde está la labor del estado? Si nadie puede esperar de él las soluciones; si el país entero pierde la esperanza; si la gente tiene miedo de exigir, de criticar, de reprobar. Si reina la impunidad y la miseria, si los campos están en manos de las guerrillas, las ciudades en manos de los delincuentes, la economía en manos de los traficantes. ¿Es eso un estado nacional?
Palabras como” patria” causan risa en Colombia y los únicos seres que creen en ella son los soldados que marchan cantando hacia los campos de guerra, son inocentes víctimas que lo único que pueden hacer por la patria es morir por ella.